miércoles, 2 de octubre de 2024

Una noche en un hospital de Washington DC

Anoche mi amigo Luis se enfermó de la presión, su presión arterial llegó a 175, algo fuera de lo normal según una doctora en Youtube, no sabíamos qué hacer, salimos a la calle caminando buscando alguna farmacia o una clínica, para nuestra sorpresa no encontramos nada, no es igual estar en el pueblo, puedes llamar al promotor de salud, tomar acetaminofén (como siempre) o preparar alguna hierba para calmar el dolor, estuvimos como una hora y media en la calle sin encontrar ninguna ayuda, solos con la compañía del aire, los chubascos de la lluvia y las ratas por los basureros, el seguro médico que había comprado mi amigo no se puso las pilas a tiempo, el reloj tik tak mientras mi amigo cambiaba el color de la cara, y yo doblando los dedos de las manos, sin saber a dónde caminar para encontrar a un doctor, realidad fueron momentos incompresibles, en mi caso no sabía qué hacer. 

Mientras tanto, de la nada aparece una patrulla de la policía, para nuestra sorpresa uno de ellos es  guatemalteco, ambos se portaron muy bien, nos llevaron a un hospital sin nada a cambio, si fuera en Guatemala quizás nos hubieran sacado un ojo en la cara sedienta por la preocupación del momento. En cuestiones de minutos llegamos al hospital, una vez más la sorpresa se hace presente por la calidad del servicio y de la infraestructura del lugar, en particular me quedé asombrando, a comparación de la situación actual de la salud en el país, mi radar se fue a las comunidades rurales donde las personas con sus enfermos tienen que caminar horas para encontrar un puesto de salud sin mayores recursos, me recordé el día ( años 90) en que mi papá se enfermó gravemente por una infección en la palma de la mano luego de una picadura de un insecto en el trabajo, llegaron mis tíos a ayudarnos, unos de mis tíos ( Martín+) amable llevó a mi papá en una silla de madera, usando un mecapal para cargar a mi papá en su espalda, caminamos bastante para llegar a la carretera, tuvimos que esperar bastante tiempo la camioneta ( transporte Rebully), que justo pasa por el hospital de Sololá, ese día y nunca fui a visitar a mi padre al hospital, pues me quedé en la casa con dolor en el corazón, nadie fue a visitar ni mi mamá, mi papá regreso solo después de una semana en el hospital. 

Después de 11 horas pude  ingresar a la sala de atención donde se encontraba mi amigo, maravillado por las instalaciones y la cantidad de pacientes por los pasillos ( no solo en Guatemala), la diferencia es en la calidad de atención de parte de los doctores, como no hablamos el idioma inglés, entonces el hospital nos facilitó a un traductor, increíble los mecanismos de inclusión, en Guatemala los pacientes no son atendidos en sus idiomas locales ( 22 idiomas mayas), es un derecho ser atendido en el idioma materno, un anhelo totalmente pendiente. Mi amigo ya en mejores condiciones habla con su novia, la sonrisa se hace presente con lucidez, la novia pasó horas en las olas del mar, mi amigo dejó olvidado el cargador del teléfono en la casa, el hombre prevenido vale por 20 se quedó en el olvido, en realidad en situaciones complicadas a veces se nos olvida lo más importante, la comunicación con los seres cercanos, mantuvimos la comunicación por mi teléfono, reportar a todos, a los amigos de la casa y a los de Guatemala, a los operadores del seguro, traducción por cualquier duda, en fin pasamos horas en un hospital de Washington DC EEUU. 

Lo cierto, la salud en cualquier estado de EEUU es costosa, era la otra preocupación de mi amigo, yo ni idea, el seguro médico comprado por él, le salvó el día, en realidad el hombre prevenido vale por 20 se hace presente con más lucidez, en Guatemala la salud privada es carísima para las comunidades, los hospitales públicos están pésimas condiciones en todo los sentidos, el porque es otra discusión para otra oportunidad. 

Volvimos a casa en Uber después 13 horas, nuestro piloto etíope nos atendió muy bien, y de propina le dejamos una moneda de quetzal, ojalá el quetzal vuela alto para más oportunidades para los jóvenes de Guatemala. 

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