domingo, 6 de octubre de 2024
Cajones tras cajones
miércoles, 2 de octubre de 2024
Una noche en un hospital de Washington DC
Mientras tanto, de la nada aparece una patrulla de la policía, para nuestra sorpresa uno de ellos es guatemalteco, ambos se portaron muy bien, nos llevaron a un hospital sin nada a cambio, si fuera en Guatemala quizás nos hubieran sacado un ojo en la cara sedienta por la preocupación del momento. En cuestiones de minutos llegamos al hospital, una vez más la sorpresa se hace presente por la calidad del servicio y de la infraestructura del lugar, en particular me quedé asombrando, a comparación de la situación actual de la salud en el país, mi radar se fue a las comunidades rurales donde las personas con sus enfermos tienen que caminar horas para encontrar un puesto de salud sin mayores recursos, me recordé el día ( años 90) en que mi papá se enfermó gravemente por una infección en la palma de la mano luego de una picadura de un insecto en el trabajo, llegaron mis tíos a ayudarnos, unos de mis tíos ( Martín+) amable llevó a mi papá en una silla de madera, usando un mecapal para cargar a mi papá en su espalda, caminamos bastante para llegar a la carretera, tuvimos que esperar bastante tiempo la camioneta ( transporte Rebully), que justo pasa por el hospital de Sololá, ese día y nunca fui a visitar a mi padre al hospital, pues me quedé en la casa con dolor en el corazón, nadie fue a visitar ni mi mamá, mi papá regreso solo después de una semana en el hospital.
Después de 11 horas pude ingresar a la sala de atención donde se encontraba mi amigo, maravillado por las instalaciones y la cantidad de pacientes por los pasillos ( no solo en Guatemala), la diferencia es en la calidad de atención de parte de los doctores, como no hablamos el idioma inglés, entonces el hospital nos facilitó a un traductor, increíble los mecanismos de inclusión, en Guatemala los pacientes no son atendidos en sus idiomas locales ( 22 idiomas mayas), es un derecho ser atendido en el idioma materno, un anhelo totalmente pendiente. Mi amigo ya en mejores condiciones habla con su novia, la sonrisa se hace presente con lucidez, la novia pasó horas en las olas del mar, mi amigo dejó olvidado el cargador del teléfono en la casa, el hombre prevenido vale por 20 se quedó en el olvido, en realidad en situaciones complicadas a veces se nos olvida lo más importante, la comunicación con los seres cercanos, mantuvimos la comunicación por mi teléfono, reportar a todos, a los amigos de la casa y a los de Guatemala, a los operadores del seguro, traducción por cualquier duda, en fin pasamos horas en un hospital de Washington DC EEUU.
Lo cierto, la salud en cualquier estado de EEUU es costosa, era la otra preocupación de mi amigo, yo ni idea, el seguro médico comprado por él, le salvó el día, en realidad el hombre prevenido vale por 20 se hace presente con más lucidez, en Guatemala la salud privada es carísima para las comunidades, los hospitales públicos están pésimas condiciones en todo los sentidos, el porque es otra discusión para otra oportunidad.
Volvimos a casa en Uber después 13 horas, nuestro piloto etíope nos atendió muy bien, y de propina le dejamos una moneda de quetzal, ojalá el quetzal vuela alto para más oportunidades para los jóvenes de Guatemala.
martes, 1 de octubre de 2024
Einstein estará esperando a Jacob y a Samaria
El primer baño del bebé en el temascal (sauna), la comadrona (partera) hace el rito de poner herramientas en las manos del recién nacido, de acuerdo a las herramientas que acepte el bebé así será su futuro en relación a cargos (servicios), empleo, negocios o estudios académicos. En mi caso ninguno de mis padres se recuerda de las herramientas que tomé en mi primer baño, solo se recuerdan que siempre fui me dedique al estudio.
Estoy escribiendo estás líneas estando en un hospital de Washington DC, porque mi amigo Luis se enfermó de la presión alta, nos atendieron de manera excepcional, a pensar, de que somos de otras tierras, la salud es un derecho para todos.
Me encuentro lejos, a millas de la tierra que me vio nacer y crecer, un lugar bonito con muchas vegetación, donde siempre llueve, hablando de prácticas ancestrales, también en la cultura kaqchikel hay una creencia de llevar el ombligo de los bebés lejos de sus tierras para que sean viajeros y triunfadores, mi mamá no recuerda donde llevaron mi ombligo, seguramente no fue tan lejos, ella dice que probablemente por el parque de Sololá, para ello, mi papá tuvo que caminar seis horas, hoy día no queda lejos porque ya hay transporte.
El año pasado traje el ombligo de mi hijo Jacob, con la ayuda de mi amigo Luis, Félix y Marta, lo fuimos a dejar donde el monumento de Albert Einstein, para que sea un niño científico, apasionado por las ciencias, este año de nuevamente recibí una encomienda de traer el ombligo de mi sobrina Samaria, los primos se han encontrado (para la familia son hermanos), juntos caminará para que sean buenas personas y grandes profesionales, es el sueño de nosotros la familia, porque ambos niños en su primer baño tomaron herramientas que se vinculan con carreras científicas.Son las 2:45 horas de la madrugada, mi cerebro tiene sueño, pero sigue pensando, las carreras científicas en Guatemala son una tarea pendiente para los jóvenes indígenas y rurales, por lo tanto, la salud pública y de calidad es a millas luz de las comunidades retiradas de las cabeceras municipales y de la ciudad de Guatemala.